El mercado del pescado

A principios del siglo XIX el pescado se vendía en el Portico d'Ottavia así como en la plaza del Pantheon, en la via del Panico y en el Corso. Pero la opinión pública empezaba a pensar que no era muy compatible la salvaguarda de los monumentos más ilustres con la presencia de los puestos de venta.

Samuel Prout, La pescheria a Portico d'Ottavia, 1824 ca.

Precisamente para proteger la dignidad del Panteón, Pío VII (1800-1823) mandó construir un nuevo emplazamiento para la venta de pescado en via delle Coppelle (el permiso de obras data de 1821), al timepo que prohibía la venta de este producto en cualquier otro lugar que no fuera el Portico d'Ottavia y en las dos plazas dei Monti y de Scossacavalli, esta última desaparecida para abrir la via della Conciliazione.
Tras la unidad de Italia se decidió trasladar el mercado del Portico d'Ottavia a la plaza San Teodoro. El pescado entraba en la ciudad por la puerta Portese y por la de San Paolo y, con la nueva ubicación del mercado, se evitaba que las mercancías tuvieran que cruzar la ciudad.
El nuevo mercado, ideado por el arquitecto Gioachino Erzoch, contaba con tiendas para la venta, tribunas para los rematadores de subasta, una calle de paso para los carros e iluminación nocturna, además de un sistema de riego pensado para mejorar las condiciones higiénicosanitarias.
El mercado del pescado estaba especialmente concurrido la víspera de Navidad ya que la tradición exigía que la cena de Nochebuena fuera a base de pescado y verduras.
La venta de pescado al por mayor (el cottio, del latín medieval coctigium) comenzaba al amanecer y transcurría como una subasta tradicional. Para los tratos se empleaban términos de una jerga que sólo entendían los vendedores llamados cottiatori y los compradores, que solían ser vendedores detallistas, taberneros o cocineros de las grandes familias romanas. Todo ello lo convertía en un auténtico espectáculo que disfrutaban tanto señores como señoras, romanos y forasteros quienes, si la noche era agradable, no dudaban en acudir.

Samuel Prout (Plymout 1783 - Camberwell (Londres) 1852), fue un pintor especializado en pintura de paisajes, principalmente en la acuarela. Le gustaba viajar y frecuentemente pintó iglesias y mercados. Permaneció en Italia en 1824.